Muchas veces las grandes empresas creen poder salvarse de una inminente quiebra con tan solo rediseñar su identidad corporativa. Mientras esto puede llegar a funcionar en algunos casos, esto es solo cierto si dicho rediseño se acompaña con una investigación de cómo la empresa llegó a tal estado y -como resultado de esto- se aplican las necesarias acciones correctivas. ¿A qué viene esto?
American Airlines arrancó el 2013 con una nueva identidad corporativa, un manotazo de ahogado, un intento desesperado por evitar lo que hasta ahora parecía inevitable. El tema es que si no se mejora el servicio, un lavado de cara no va a lograr mucho. Ya sucedió con muchas empresas y sobre todo aerolíneas: SwissAir y TWA por mencionar 2 casos cercanos en el tiempo, y como olvidarlo, nuestra propia PLUNA (un caso en el cual el Estado Uruguayo o su gerencia privada no creyó que en este mismo país existiera el talento necesario para llevar a cabo el nuevo branding: Tanto el rediseño del logo como el diseño del ploteo de los aviones lo llevó a cabo una empresa Australiana. Las publicidades que contaban con unos personajes-palomas animadas en 3D se hacían en Chile).
Tanto PLUNA como American Airlines gastaron cientos de miles o inclusive millones para intentar salvar lo insalvable a través del diseño. Si AA no mejora su servicio ni cambia su infraestructura poco va a poder hacer con su nuevo logotipo (el cual ya ha cosechado más críticas que alabanzas). Y eso es un hecho.
Sin más preámbulos, la nueva identidad corporativa de AA: